¿Puede lo que comes realmente influir en cómo te sientes cada día?
Vamos a partir de la base, de que el cerebro consume aproximadamente 20% del total de calorías que quemamos a lo largo del día, lo que equivale a unas 300 a 400 kcal diarias en un adulto promedio, aunque esto puede variar según la persona y su nivel de actividad. El cerebro no descansa, incluso cuando estamos dormidos, realiza funciones vitales como el procesamiento de información, la regulación del sueño y el control de las emociones. Por lo que tiene sentido pensar que el cerebro necesita nutrientes de calidad ¿no?.
El fast food: Un festín que puede llevar al malestar
Lo que comemos afecta directamente a nuestro cerebro. La comida puede cambiar la química, las hormonas y las sustancias que regulan nuestro estado de ánimo y nuestras elecciones alimentarias. Si eres adulto, imagina que tuviste un día muy estresante en el trabajo o en la universidad. Al llegar a casa, sientes que mereces un premio por haberlo soportado. Decides en lugar de prepararte una cena saludable, pedir tu comida rápida favorita o salir de cervezas. Esta elección puede brindarte una sensación de felicidad momentánea y descanso, ya que los azúcares y las grasas en esos alimentos pueden activar los centros de recompensa en tu cerebro, así como el alcohol, «haciéndote sentir bien en ese momento». Me atrevería decir que a nadie en esas condiciones se le pasa por la cabeza prepararse una ensalada rápida de bolsa. Somos personas, estos comportamientos son normales en nuestra cultura, el problema sería recurrir a estas decisiones de manera frecuente ya que estamos acostumbrados al placer rápido e inmediato.
Otro ejemplo, imagina un niño que siempre prefiere comer comida rápida, dulces y refrescos en lugar de frutas, verduras y alimentos saludables (esto es muy común). Un día, decide comer solo pizza, un refresco, patatas fritas y para rematar, helado de postre. Al principio, puede sentirse la persona más afortunada en ese momento pero luego podría sentirse muy lleno y pesado, lo que le hace sentir incómodo y cansado. Tal vez no pueda concentrarse bien en sus tareas escolares o en jugar con sus amigos. Además, el exceso de azúcar en esos alimentos puede hacer que se sienta más ansioso o irritable así como tener algún malestar gastrointestinal después de esa comida.
Alimentos que nutren tu cerebro
En cambio, hay alimentos y compuestos que ayudan a mejorar el bienestar emocional en general. Por ejemplo, ingerir pescado azul, nueces y cereales integrales promueven la producción de serotonina, un neurotransmisor que está relacionado con el estado de ánimo. Así mismo, hay otros compuestos como los antioxidantes y flavonoides que se encuentran en frutas y verduras que nos protege de la inflamación y el estrés oxidativo. simplemente quería compartir la idea de que cómo te sientes puede influir en tus elecciones alimentarias, y, a su vez, las elecciones que haces sobre lo que comes también pueden afectar cómo te sientes. Por último, recientemente están habiendo más estudios que estudian las relación entre la dieta y nuestro bienestar mental. El estudio REGICOR que tuvo un seguimiento de 12 años, muestra que los participantes que consumían una dieta rica alimentos frescos (fruta, verduras y pescado) tenían un 16% menos de riesgo de desarrollar síntomas depresivos en comparación con los participantes que seguían una dieta occidental rica en alimentos procesados, azúcares y grasas. Para mantener una buena salud mental, llevar una dieta saludable es solo una pieza del rompecabezas. Complementar una alimentación saludable con actividad física regular, un descanso adecuado y técnicas efectivas de manejo del estrés puede marcar una gran diferencia en tu bienestar.